El paraguayo Rojas, de pegada exquisita, empató de tiro libre (cuarto gol que recibe Central por esa vía, todo un récord) y parecía que otro Deja Vu se instalaba en el Oeste. El dueño de casa amortiguó el impacto y empezó a transformar a Arias, de excelente presente, en una de las figuras de la noche.

El gol de Mergalejo, apenas volvieron al campo de juego, avivaron viejos fantasmas, pero Central Córdoba tenía una mentalidad fuerte que le permitió seguir intentando. Las piernas respondieron y el gol de Ribas, tras una asistencia de Rosales (figura del partido), puso justicia en el marcador.

Fueron a buscarlo ambos equipos y Central no se amilanó en ese escenario. Fue competitivo, físicamente respondió (la cancha estaba pesada) y pudo haberlo ganado, pero también haberse quedado sin nada. El 2 a 2 estuvo bien para el partidazo que brindaron.

Quedan en el balance algunos rendimientos individuales positivos, como los casos de Rosales, Barrios (tiene que jugar siempre), Rojas, Bay (descomunal desgaste físico en el segundo tiempo) y el más que aceptable debut del uruguayo Andueza. Servirá para que el nuevo cuerpo técnico vaya sacando sus propias conclusiones.

El próximo fin de semana, Central Córdoba se despedirá de la Copa Maradona en La Plata ante Estudiantes. Ya es tarde para remontar los números pobrísimos de la actual campaña. Sólo queda seguir mejorando en lo individual y colectivo para que este 2021 empiece a mostrar ciertos atisbos futbolísticos que permitan ilusionar al hincha ferroviario, a pesar del desorden institucional existente.

Por el Gringo Ceballos