Se vió mucho barullo, disputa constante, imprecisiones por doquier, un total desamor por la pelota, etc. Fueron autitos chocadores con botines. Godoy Cruz también.
En ese contexto vomitivo, llegó a ponerse en ventaja desde los 12 pasos, pero la alegría duro menos que un hormiguero en la peatonal. Al minuto el Tomba lo empató de tiro libre (Sánchez volvió a regalar el palo de la barrera y su reacción fue tardía e inútil).
Nada bueno se esperaba del segundo tiempo y nada llegó. Es más, ambos jugaron peor. Vinieron los cambios en el Ferroviario pero no levantó vuelo (Barrios sigue siendo el que más intenta). El local tuvo alguna y el conjunto mendocino casi lo gana en el final, pero iba a ser injusto que en un partido tan chato hubiera tres goles.
Cuando Baliño finalizó el suplicio, tendrían que haberse juntado los 22 jugadores, buscar una cámara y pedirles perdón a los pobres hinchas que pagan un abono para mirar tan deplorable espectáculo. Usted, hincha ferroviario, agradezca que no gasta su dinero para pagar una entrada y padecer estas películas de pésimo gusto.
Poco se le podía exigir a la secretaria técnica en este primer partido, aunque Ferrero no está exento de responsabilidades. Él, junto a Berti, eligieron a la mayoría de estos jugadores que se la pasan a los contrarios y parece que aborrecen el buen trato a la pelota. Si no se animan ahora, si no arriesgan ahora, ¿Cuándo? Viven de esto, muchachos. ¡Peor no pueden jugar! Ya estaría siendo momento que demuestren porque juegan en Primera División.
Por el Gringo Ceballos