Libertad recuperó la memoria y mostró su mejor cara en el momento más crítico de la presente temporada de la Liga Argentina. Porque se jugaba la continuidad en la competencia en un quinto y definitivo cotejo, luego de una excelente fase regular y de estar match point ante los santiagueños. Y más allá de los méritos del rival que igualó la serie jugando en el estadio Ciudad, lo cierto es que los aurinegros aún estaban en deuda con su nivel de juego en estos Cuartos de Final.

Porque no estuvo sólido colectivamente, fue muy dependiente de la producción de Barovero y tampoco tuvo la intensidad defensiva suficiente para detener las oleadas santiagueñas. Todo esos defectos se resolvieron en la noche del sábado, quedando claramente reflejado quien era el favorito de la serie porque fue el mejor de la Conferencia Norte y cual fue el equipo que culminó en el 10º lugar. Diferencia que hasta ahora no se había manifestado en los cotejos anteriores. Bruno Barovero estuvo intratable con 35 pero en esta ocasión hubo un gran aporte de Ariel Zago con 25 que ayudó a destrabar las ofensivas y un monumental sacrificio del "Goyo" Eseverri y Miguel Ruiz en defensa.

El dueño de casa arrancó con un Zago rutilante que le posibilitó interponer 8 de ventaja con poco más de 3 minutos de iniciado el duelo, diferencia que llegó a trepar a 11 promediando el cuarto. Enfrente, la visita no contó con la puntería perimetral de los enfrentamientos anteriores y salvó la ropa por la gran labor del base Palacios en la conducción. En el segundo período se vio lo mejor de los Tigres porque practicamente aplastó a la contra y llegó a sacar 22 de máxima. De entrada, 2 triples de Eseverri y después una función especial de Barovero, convirtiendo (14) y asistiendo para despedirse de la primera etapa con un resultado (53-31) casi definitorio.

Pero el complemento vendría con sorpresita. Porque lejos de amilanarse, el team de Javier Montenegro fue por la recuperación y tuvo a su favor que Libertad se relajó por 6 minutos en ambas bandas. Defensivamente no fue el mismo e Independiente se lo hizo pagar con un parcial 7-20 que limó la desventaja a 9. Mansilla y Spalla fueron los principales verdugos con 6 cada uno. Por suerte, los Tigres despertaron a tiempo y Barovero pudo poner la casa en orden descerrajando 2 triples consecutivos en el cierre del tercer capítulo para recuperar 14 tranquilizadoras unidades.

En el último período, a falta de 4'30'', los Tigres ganaban por 17 (90-73), exhibiendo cierta comodidad en el manejo del trámite. Pero Independiente, perdido por perdido, fue a matar o morir y encontró la mano caliente de Weigand desdes los 6,75 con 3 certeros cañonazos que lo depositaron a 7 (94-87) cuando restaban 30 segundos. Hasta ahí llegaron las aspiraciones santiagueñas porque el dueño de casa acertó en la linea de libres y solo tuvo que esperar que se consumieran los segundos para festejar el anhelado pase a semifinales.